viernes, 23 de noviembre de 2012

Simplemente la vida tiene rachas, aveces llega un momento en el que todo te va bien y justo te llega ese momento en que se te tuerce todo. Solemos tener más rachas malas que buenas, un día nos despertamos y nos pasa algo que nos destroza, que nos hace llegar al punto de no saber que hacer con la vida con nosotros mismos, y así pasa tiempo; no sales del pozo, intentas levantarte y cada vez que lo consigues vuelve algo que te hace pegar las rodillas al suelo, hasta que un día te sientes tan mal que crees que no vas a levantar cabeza, y algo pasa en tu vida que hace que vuelvas a tener fuerzas para superar cualquier problema. Un amor, una amistad, un trabajo, un suelo.. algo, algo que te dice que tienes que salir adelante, que tienes que regalar la mejor de tus sonrisas para demostrar que eso que ha llegado a tu vida ha sido un regalo. Entonces te levantas, vuelves a sonreír y una racha buena aparece en tu vida de nuevo; te aferras a ella con la esperanza de que nunca se vaya, aunque sabes que tarde o temprano se irá de tu vida o cambiaría a mejor o... a peor. Pero sonríes, y cada día vas a más y vuelves a recuperar las fuerzas que creías desaparecidas, todo tiene mejor sabor y mejor color e incluso vuelves a ser una persona nueva. La mayoría de las veces algo que te hace cambiar así es conocer a alguien, alguien que te demuestra que merece la pena seguir luchando, que merece la pena seguir sonriendo porque nunca sabes quien puede enamorarse de tu sonrisa, que merece la pena luchar cada día por lo que quieres y conseguir tus sueños, que merece la pena darlo todo por alguien que ha sabido sacar de lo más oscuro lo mejor de ti, que merece la pena seguir viviendo la vida a tu manera sin dejar de sonreír en ningún momento, ilusionandote cada día más por algo que no sabes si va a durar eternamente. Porque las personas somos así, necesitamos alguna motivación para salir de un gran pozo, y cuando esa motivación aparece, todo en tu vida cambia, da un giro de 360º y sabes, que merecerá la pena porque habrás vuelto a salir de algo de lo que creías no volver a recuperarte. Porque para vivir la vida y disfrutar de los pocos regalo que nos ofrece, hay que sonreír y solo así conseguirás ser feliz .

Gracias.