sábado, 2 de junio de 2012


Las palabras quieren salir de mis dedos, pero mis ojos no me dejan concentrarme en el teclado, las lágrimas no me dejan ver, sé que no quieres que llore, pero es tan difícil no hacerlo...

Cómo te echo de menos, todo me recuerda a ti, te veo y te siento en cada cosa que hago. Me cuesta creer que ya no estás aquí. 
Por qué te fuiste tan pronto?, por qué no esperaste algo más?, por qué me duele tanto?. Quiero verte, olerte, escucharte, sentirte.


Quiero volver a reír a tu lado, quiero hacer que me riñas, quiero que me cuentes tus historias.
Cada día te recuerdo con más fuerza, con más vivacidad, me haces falta y eso tú lo sabías, lo intuías entonces. ¿Por qué te has ido tan pronto?.
Necesito escucharte, necesito saber que estás aquí.

Nada me reconforta, nada, todo me duele, todo me asfixia. A veces se me escapa una sonrisa al recordarte en esos momentos tan tuyos, sí, esos momentos que no entendía y que hoy me hacen reír, sonreir; momentos que quiero revivir una y otra vez. En esos momentos me siento cerca de ti, abuela.
Protégeme, no dejes de hacerlo, por favor, porque te necesito, porque te echo de menos, porque me has dejado muy sola. Porque necesito llenar este vacío y no sé cómo hacerlo.

Tu recuerdo duele, duele mucho. 
Tu olor, tu voz, tus cosas, esas que me hacían reir...duelen, abuela, porque quiero compartirlas contigo, porque no dejo de pensarte..

Pero mi alma a veces me consuela, abuela, a veces me hace sentirte cerca, saberte ahí detrás, escondida, mirándome. Te echo de menos, muchísimo. Ni siquiera yo podía imaginar cuánto. 
Te necesito, tengo miedo de que me olvides, de que no haya más esos momentos nuestros, de que te olvides de tu nieta. No me olvides.

Te quiero, te quiero. Que me siento muy sola, abuela, que me enfado conmigo porque te has ido, porque necesito besarte, porque necesito oirte quejarte, porque soy egoísta y te necesito aquí y ahora. Porque te creía inmortal.
Y sé que lo eres, lo sé, siempre estarás en mi, siempre.

A veces cierro los ojos y puedo oirte, puedo notarte y entonces vuelvo a creer que todo es posible, que nada está siendo tan duro.
El tiempo...el tiempo me está doliendo más.

Te quiero, abuela. Te echo de menos.